¿CORONAS EN LA OFICINA?

El narcisismo es un trastorno de personalidad que se caracteriza por una autoestima exagerada, una necesidad constante de admiración, falta de empatía y unas relaciones sociales en las que no existe la igualdad solo tener el poder, la razón y el control de las mismas.

Los narcisistas suelen ser personas arrogantes, manipuladoras, envidiosas e incluso agresivas, que creen que son superiores a los demás y que por ello, merecen un trato especial.

Por ello, trabajar directamente con un narcisista puede ser una experiencia muy desagradable y perjudicial para nuestra salud emocional. 


Según el tipo de relación que tengamos con el narcisista, podemos sufrir diferentes consecuencias psicológicas:

•  Si el narcisista es nuestro jefe, nos exigirá un rendimiento perfecto, nos criticará constantemente, nos quitará el mérito de nuestros logros y nos culpará de sus errores. Además, nos hará sentir inseguros, ya que puede amenazarnos con despedirnos, sabotear nuestra carrera o hacerle la vida imposible a quien no le siga el juego.

•  Si el narcisista es nuestro compañero, intentará destacar por encima de nosotros, nos hará la pelota o nos pondrá la zancadilla según le convenga, nos robará las ideas o se atribuirá el trabajo de los demás. Además, nos hará sentir desconfiados, ya que puede mentirnos, difamarnos, o no desaprovechar oportunidad de perjudicarnos.

•  Si el narcisista es nuestro empleado, no aceptará nuestras órdenes, cuestionará nuestra autoridad, o nos ignorará. Además, nos hará sentir culpables, ya que puede quejarse, victimizarse, chantajearnos o denunciarnos si no le damos lo que quiere o si le ponemos límites.

Estas situaciones pueden generar en nosotros una serie de emociones negativas, como estrés, ansiedad, depresión, ira, miedo, vergüenza o culpa. 

También pueden afectar a nuestra autoestima, nuestra confianza, nuestra motivación y nuestra satisfacción laboral. 

Por eso, es importante saber cómo manejar a los narcisistas en el trabajo, para protegernos y evitar que nos hagan daño.

Algunas de las estrategias que podemos utilizar son:

Mantener una distancia emocional. No debemos tomarnos las actitudes del narcisista como algo personal, sino como una expresión de su trastorno. Tampoco debemos esperar que cambie, que reconozca sus errores o que se disculpe…no serían disculpas sinceras. (Puedes leer mi post sobre las falsas disculpas o Fauxpologies)

Debemos ser conscientes de que el problema es suyo, no nuestro, y que no podemos controlarlo ni curarlo pero si podemos poner límites.

Poner límites claros y firmes. Debemos dejarle claro qué conductas no vamos a tolerar: humillaciones, desprecios, vacíos… y qué consecuencias tendrá si no lo respeta estos límites. 

Debemos ser consistentes y coherentes con lo que decimos y hacemos, y no dejarnos intimidar ni manipular por sus amenazas, sus chantajes o sus halagos.

Buscar apoyo no siempre es tan fácil de lograr en el ámbito laboral, pero si no es ahí, debemos buscarlo fuera, ya que es una gran ayuda emocional. 

Más que por buscar aliados y poner el foco en contra de él, por nosotros mismos, por cuidar nuestro bienestar emocional, por no dejar que nadie así mine nuestra autopercepción, nuestra autoestima y por evitar que nos hunda.

Además, debemos dedicar tiempo a realizar actividades que nos relajen, nos hagan desconectar de la realidad en el trabajo, nos diviertan y nos hagan sentir bien. 

Y sobre todo debemos mantenernos firmes en todo lo anterior. Habrá días malos, momentos muy incómodos, pero sólo así, defendiendo con firmeza nuestra integridad y nuestra dignidad, lograremos desmotivarle y quizás hasta que nos deje en paz.




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