La amígdala de Aristóteles

Imagina por un momento que Aristóteles, sí, el mismísimo filósofo griego que escribió sobre la ética y la virtud, aterrizase de golpe y porrazo en el siglo XXI y asistiera a una conferencia sobre Neurociencia.

En lugar de debatir sobre la ética o la política, los ponentes, con sus gráficas y modelos tridimensionales del cerebro, le explicarían que la ansiedad generalizada se debe a un desajuste químico. 

Le hablarían de la serotonina, de la amígdala hiperactiva, del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal (un nombre digno de un hechizo de Harry Potter) y cómo todo esto crea una sensación constante de inquietud.  

¿Cómo reaccionaría Aristóteles ante esta explicación neurocientífica?

Yo creo que antes de sacar conclusiones, y por interesante que le resultase la explicación neurocientífica, no la aceptaría sin más. Más bien me lo imagino alzando una ceja y preguntando cosas como:  

- "¿Y qué pasa con el alma?"

- "¿Dónde encajaría la búsqueda de la felicidad en todo esto?"

- "¿No será que la ansiedad proviene de una falta de virtud?

- "¿Acaso la ansiedad surge porque nos hemos desviado del "camino correcto"?

- "¿Las emociones pueden regularse como los hábitos?"

- "...y si el cerebro tiene procesos químicos que afectan la ansiedad, ¿se pueden entrenar como se entrena la virtud?"

Si en la Antigua Grecia alguien le hubiera pedido ayuda con su ansiedad, él le hubiera dado consejos muy filosóficos, más cercanos al autocontrol que a la Psiquiatría o Psicología modernas.

La ansiedad, desde su perspectiva, sería el resultado de un desequilibrio, así que nada de dejarse arrastrar por emociones descontroladas. MODERACIÓN , EQUILIBRIO y RODEARSE DE PERSONAS VIRTUOSAS serían sus claves para lograr la estabilidad emocional.

Soy muy consciente de que el escenario que traigo hoy puede resultar absurdo, pero piénsalo... ¿acaso no lidiamos con nuestros propios “Aristóteles” en nuestro día a día? 

Esos "abuelos cebolleta", colegas o familiares que nos cuestionan en cada avance, con cada concepto nuevo, y aferrándose a sus propias creencias como si el conocimiento se hubiera congelado hace décadas. 

   "El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona."

Curiosamente Aristóteles pudiendo haber quedado anticuado en algunos aspectos, en otros sigue siendo más avanzado que muchos de nuestros "Aristóteles modernos". Si algo nos enseñó es que el conocimiento "se construye y se adapta" con el tiempo.

Así que, cuando alguien te cuestione con argumentos obsoletos, recuerda este post y quédate con que  hasta Aristóteles, en su época, ya comprendía que hay que avanzar con el conocimiento.  


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