Pensamientos rápidos para tiempos frenéticos.

Si estás aquí, quizás sea porque algo dentro de ti aún cree en la utilidad de la reflexión. ¡Y eso es un alivio!, porque últimamente parece que pensar está pasado de moda. 

Vivimos en una época donde todo tiene que ser rápido, fácil y sin esfuerzo: queremos respuestas inmediatas, soluciones para ya y, si es posible, que alguien piense por nosotros y nos lo den todo mascadito…¿Cuestionar el mundo? Nah, mejor un tutorial en YouTube que te lo explique en menos de tres minutos.  

Pues resulta que la filosofía lleva siglos ayudándonos a entender la vida. Y aunque pueda parecer anticuada para quienes prefieren los atajos, en este texto he decidido hacer (o por lo menos intentarlo) lo que muchos filósofos jamás hubieran imaginado: traducir sus ideas a la realidad moderna, para que hasta l@s más perezos@s del pensamiento encuentren su utilidad. Porque sí, aunque no lo creas, hay mucho que podemos aprender de la Filosofía para no sucumbir ante la ansiedad, el estrés y esas crisis existenciales que aparecen sin previo aviso.  

1. René Descartes, el padre del racionalismo, nos decía que la duda es el camino al conocimiento. Y eso está muy bien… hasta que la duda se convierte en un bucle sin fin que nos deja sin dormir. Porque sí, pensar es bueno, pero pensar demasiado nos convierte en atletas olímpicos del sobreanálisis. 

Así que si Descartes viviera hoy, seguramente habría actualizado su famosa frase de “Pienso, luego existo" por algo más realista, como "Pienso, luego me estreso", o aún mejor, “Dudo, luego no duermo". 

La duda, que antes servía para alcanzar la verdad, hoy nos mantiene despiertos a las tres de la mañana pensando si el "hola" que mandamos sonaba demasiado seco, y eso no podemos permitir que se nos haga bola.

2. Immanuel Kant era el rey de la ética y la moral, defensor del imperativo categórico, esa regla que dice que debemos actuar de forma que nuestra conducta pueda ser una ley universal. 

Traducido a nuestro tiempo, significa que, si te molesta que te dejen en visto, no lo hagas tú. Pero claro…en la era del WhatsApp, aplicar esto puede llevarnos a crisis nerviosas innecesarias: ¿Respondo ahora o espero para que parezca que tengo una vida ocupada? ¿Me han dejado en visto, me hago el digno o pregunto si todo bien? 

Si Kant viera la manera en que hoy en día gestionamos la comunicación, seguramente nos recordaría que ser educados es importante, pero no debemos convertirnos en esclavos de la inmediatez.  

3. Aristóteles, por su parte, nos enseñó que la felicidad se construye con buenos hábitos y equilibrio. Pero, ¿quién tiene paciencia hoy? Todo lo queremos YA, y si no lo conseguimos rápido, nos frustramos. 

Si Aristóteles hubiera conocido el mundo de las redes sociales, probablemente diría que la paciencia no ha desaparecido, simplemente ya nadie quiere practicarla.

Queremos relajarnos en dos sesiones de mindfulness, o que nuestra ansiedad desaparezca con tres vídeos de autoayuda. Pero no, el bienestar se trabaja, y como bien diría el viejo Aristóteles, "Todo mejora con tiempo… y con terapia."

4. Platón nos dejó la alegoría de la caverna, donde nos advertía de que muchas veces vemos sombras y creemos que son la realidad. Si viviera en nuestro tiempo, seguramente nos explicaría que Instagram es la nueva caverna: un lugar donde todos parecen tener vidas perfectas, aunque detrás haya crisis existenciales y domingos de pijama y sofá. 

La gente publica su mejor versión, y solo l@s ingenu@s, se comparan y se convencen de que son l@s únic@s con problemas. 

Si Platón viera las redes sociales, nos recordaría que mucho de lo que creemos no es real, y que compararnos con otros solo nos puede llevar a sentirnos peor.  

Sé que para algun@s, dedicar ratitos a reflexionar puede dar pereza. 

Sé que sería más fácil que la vida tuviera un botón de solución inmediata…

Pero como eso no existe (todavía), merece la pena darle una oportunidad a la Filosofía, madre de la Psicología, para que te ayude a gestionar esa ansiedad que te persigue, esas dudas que te ahogan y esas crisis existenciales que te puedan visitar sin previo aviso. 

Y si no tienes ganas (ni tiempo) de leerte todos los textos filosóficos, siempre puedes leer mi blog y estas pildoritas de conocimiento, sin necesidad de tomarte un café con Descartes. 

¿Te ha gustado este post?

Estaré encantada de leer tus comentarios.

Comentarios