Después de unas semanas de desafío personal, hoy retomo mis publicaciones con una reflexión sobre "las malas rachas".
Estas suelen ser bastante abrumadoras, sin embargo es precisamente durante las mismas, cuando nuestra resiliencia se pone a prueba y nuestra capacidad para gestionar las adversidades su vuelve vital.
Pero... ¿Cómo "tirar de la carreta" cuando menos fuerza y/o control parece que tenemos?
La Esperanza y la Perspectiva pueden ser nuestras mejores aliadas.
La primera porque es el faro que nos guía a través de la tormenta recordándonos que después de la tempestad, siempre llega la calma.
La segunda porque nos ayuda a ver más allá de la situación y reconocer que toda mala racha es temporal.
Decía Aristóteles que "la esperanza es el sueño del hombre despierto".
Para él, la esperanza igual que los sueños, nos inspira, nos permite imaginar y aspirar a un futuro mejor, a que una situación se acerque a lo que deseamos.
Las pruebas de la vida NUNCA dejan huellas de fracaso.
Con cada obstáculo, superado o no, SIEMPRE atesoramos un pequeño aprendizaje que nos hace crecer, nos fortalece y desarrolla nuestra capacidad de manejar lo que venga después.
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