Es tan real que da (o debería) dar miedo…
Hemos naturalizado tanto vivir dominados por notificaciones, recordatorios, alarmas, respuestas automáticas y algoritmos que nos “dan” lo que “creemos querer”, que parece hemos olvidado que la esencia de lo humano radica en nuestras imperfecciones, nuestras emociones espontáneas y nuestras conexiones auténticas.
El término “personal” se refiere a las experiencias genuinas que compartimos con otros, las conversaciones cara a cara donde las emociones fluyen libremente, sin filtros ni guiones preestablecidos.
Un abrazo que encoge el alma, la risa que te brota sin motivo aparente, o incluso el consuelo en momentos de tristeza… todos estos momentos donde la vulnerabilidad y la autenticidad se entrelazan para crear la trama de nuestras vidas, son los que nos definen como seres humanos.
Por otro lado, algo “personalizado” se refiere a las experiencias diseñadas para imitar la personalización, el famoso algoritmo que “pretende analizarnos” y ofrecernos opciones como si fueran nuestras necesidades o deseos reales.
Y si bien es cierto que la personalización puede ofrecernos comodidad, nunca podrá sustituir la riqueza de la experiencia humana que en lo personal si florece.
Es ahí donde deberíamos anclar nuestras relaciones y nuestro sentido de comunidad.
¿Y tú qué prefieres? ¿Algo personal o algo personalizado?
Estaré encantada de leer tus comentarios.

El ser humano es maravillosamente imperfecto
ResponderEliminar