El cambio es una constante en la vida y a veces es necesario o deseable para mejorar nuestra situación, alcanzar nuestras metas y/o sentirnos más felices.
Sin embargo, cambiar no siempre es fácil y es posible que nos encontramos con obstáculos, miedos o resistencias que nos impiden avanzar.
Por ello, es importante reflexionar sobre lo que queremos cambiar, por qué y cómo.
En este post de hoy, os propongo una serie de preguntas que cada uno debería plantearse en la vida para saber si está preparad@ para asumir cualquier tipo de cambio.
¿Qué quiero cambiar?
Esta pregunta te permitirá identificar tu(s) objetivo(s), aquello que te genera insatisfacción, malestar o conflicto y que deseas modificar.
Puede ser algo relacionado con el trabajo, tu relación de pareja, tu salud, etc.
Intenta ser específic@ y concret@, y no quedarte en generalidades o vaguedades.
¿Por qué quiero cambiar?
Es interesante conocer las razones o los beneficios que te impulsan a cambiar y que te darán sentido y dirección: bienestar, felicidad, crecimiento personal o profesional, etc.
¿Qué me impide cambiar?
Es importante detectar los obstáculos o las dificultades que te puedan frenar o bloquear en el proceso.
Intenta ser realista y crític@, sin caer en el victimismo o en la negación.
¿Qué puedo hacer para cambiar?
Esta pregunta te acerca a buscar soluciones o las acciones que podrás implementar para superar los obstáculos y lograr el cambio, y que dependen de ti mismo.
Intenta ser creativ@ y proactiv@, y no esperar a que las cosas cambien por sí solas o por arte de magia.
¿Qué necesito para cambiar?
Identifica aquellos recursos o apoyos que estén a tu alcance en el proceso, Sean materiales o emocionales.
Lo importante es ser humilde y abiert@, y no aislarte o creerte autosuficiente.
¿Qué me aporta el cambio?
Intenta visualizar los resultados o las consecuencias positivas que tendrá este cambio en tu vida, y que hacerlo te sirva de incentivo y de recompensa.
El optimismo y la esperanza serán tus mejores aliados.
¿Qué me cuesta el cambio?
Todo cambio conlleva un coste y una serie de renuncias que exigen un esfuerzo y un sacrificio.
Lo importante es ser consciente y responsable, y no ignorar o minimizar los riesgos o las pérdidas.
¿Qué me aporta no cambiar?
Cuestiónate con honestidad y ánimo de reflexión los beneficios o las ventajas que te ofrece mantenerte en la situación actual.
Intenta alejarte de la falsa sensación de comodidad, bienestar, seguridad o conformismo.
Por último, una reflexión más:
El cambio es un proceso que requiere de tiempo, paciencia y perseverancia.
Plantearse este tipo de preguntas supone un ejercicio de auto-conocimiento y reflexión que no debe tomarse a la ligera.
No trates de responderlas todas de una vez, ni de hacerlo de forma superficial o mecánica.
Intenta ir haciéndolas poco a poco, de forma profunda y sincera, y de ir tomando acción/acciones en consecuencia.
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