DOMINGO DE CATARSIS (VII)

¿Te han asignado un proyecto importante en tu trabajo, pero no tienes los recursos, el tiempo o el apoyo suficientes para hacerlo bien?

¿Has discutido con tu pareja por un tema que os genera conflicto, y no habéis llegado a un acuerdo ni a una solución?

¿Has suspendido un examen que habías estudiado mucho, y no entiendes por qué ni qué has hecho mal?

Este tipo de situaciones nos pueden generar frustración, tensión y desánimo. Por ello, en este nuevo Domingo de Catarsis vamos a centrarnos en estas emociones con una actividad para aprender a gestionar “la frustración”.


Piensa en una situación reciente que te haya causado frustración: un objetivo que no has logrado, un problema que no has podido resolver, una persona que te ha decepcionado, etc. 

Trata de recordar todos los detalles de lo que ocurrió, cómo te sentiste, qué pensaste y qué hiciste.

Escribe en un papel todo lo que recuerdes de ese momento: describe los hechos, tus emociones, tus pensamientos y tus acciones, tal como los viviste. 

No te preocupes por la ortografía, la gramática o el estilo, solo escribe lo que te salga.

Cuando hayas terminado de escribir, lee lo que has escrito con atención y curiosidad. 

Intenta observar tu situación desde una perspectiva más amplia y compasiva, como si fueras un amigo que te quiere y te apoya.

En otro papel vas a escribir algunas preguntas que te ayuden a reflexionar sobre tu situación y sobre qué quieres aprender o mejorar. 

No hay preguntas correctas o incorrectas, solo las que te sirvan para reflexionar y avanzar. Por ejemplo:

¿Qué puedo aprender de esta situación?

¿Si me volviera a pasar qué haría diferente?

¿Tenía control sobre lo sucedido? Si puedes profundizar, identifica qué dependía de ti y qué no.

¿Qué recursos o habilidades tengo ahora para afrontar esta situación si me volviera a suceder?

¿Qué personas pueden darme su apoyo, consejo o ayuda si me volviera a suceder?

Responde a las preguntas con honestidad y sinceridad. Intenta identificar cuáles son tus fortalezas, qué cosas podrías haber hecho mejor, e intenta encontrar soluciones creativas y sobre todo positivas para tu situación, que te permitan avanzar y mejorar. 

Cuando termines, tomate un café, vete al gimnasio, o date un paseo. Una vez regreses, vuelve a leer todo lo que has escrito y felicítate por el esfuerzo que has hecho. 

Puedes hacer este ejercicio cada vez que te sientas frustrado por alguna situación, o como una forma de prevenir o reducir la frustración en tu vida. 

Es una forma de expresar y liberar tus emociones, y de encontrar soluciones a tus problemas.

Espero que te haya gustado este ejercicio y que lo pongas en práctica. 

¿Te ha gustado esta publicación?

Estaré encantada de leer tus comentarios.


Comentarios