Se acercan las Navidades, una época de reunión familiar, de espíritu festivo, de alegría e ilusión, pero también de añoranza de aquellos que ya no están, de conflictos familiares, de estrés y/o de ansiedad.
En el post de hoy me gustaría hablar del impacto de las relaciones familiares tóxicas y que en este tipo de ocasiones pueden afectarnos de una manera mayor, debido al hecho de forzar esos momentos de reunión.
Las relaciones familiares tóxicas son aquellas en las que existe un patrón de comportamientos abusivos, manipuladores, irrespetuosos o negligentes por parte de uno o varios miembros de la familia hacia otro u otros, y que generan un ambiente de tensión, malestar, nervios y sufrimiento.
En épocas especiales, el impacto de este tipo de relaciones puede ser aún mayor ya que se incrementan las expectativas, las presiones y las obligaciones sociales y familiares, pudiendo entrar en conflicto con las necesidades, deseos y límites de cada persona.
Algunos de los efectos que pueden provocar este tipo de relaciones son:
- RASGOS DE PERSONALIDAD INADAPTADOS: Dependencia emocional, sentimientos de aislamiento, inseguridad, frustración, y evitación.
- BAJA AUTOESTIMA: La persona puede desarrollar una valoración negativa de sí misma, basada en las críticas que recibe, los rechazos, las comparaciones o las descalificaciones que reciba por parte de la familia. Esto le lleva a sentimientos de culpa que exacerbarán sus deseos de evitar este tipo de momentos o situaciones.
- PROBLEMAS DE EGO: Verse amenazado por cualquier situación que ponga en duda la competencia, imagen o posición de una persona, puede derivar en reacciones arrogantes, orgullosas, de ira, envidia o resentimiento.
- ANSIEDAD: Los nervios, la angustia o el temor ante la posibilidad de afrontar situaciones conflictivas, puede derivar a ataques de ansiedad. Y como la pescadilla que se muerde la cola, el sufrir ansiedad afectará aún más a la personalidad, la autoestima y el ego de la persona.
- Establecer límites claros y firmes, que definan lo que se está dispuesto a tolerar y lo que no, que se hagan respetar y también las en caso de no obtener ese respeto, establecer unas consecuencias lógicas y proporcionales.
- Expresar los propios sentimientos, opiniones y necesidades, sin agredir ni someterse a los demás y sin tolerar que los demás decidan por uno anulándole e imponiéndole sus criterios.
- Escuchar activamente y con empatía a los demás, tratando de comprender su punto de vista, sus emociones y sus motivaciones, sin juzgarlos ni interrumpirlos.
- Negociar y buscar soluciones que satisfagan los intereses de ambas partes, sin imponer ni ceder, y sin recurrir a formas poco agradables como la manipulación y el chantaje.
- Buscar apoyo profesional si se considera necesario, para desahogarse, para recibir orientación y sobre todo para conseguir la ayuda necesaria para superar las dificultades que impiden la óptima relación familiar.
¿Y qué pasa, cuando todo lo anterior no funciona? ¿Cómo hay que proceder?
- Aléjate o limita el contacto. Busca espacios y momentos de tranquilidad, seguridad y bienestar para ti mismo.
- Rodéate de aquellos que te aseguran ese bienestar y que te respetan: amigos, otros familiares, profesionales... y que te puedan apoyar o acompañar en estas situaciones.
- Refuerza tu autoestima y autoconcepto recordando tus fortalezas, capacidades, logros y valores, sin depender de la opinión o aprobación de nadie que te trate mal y quiera hacerte sentir menos o peor.
- Cuida de tu salud física y mental, y realiza actividades que te hagan sentir bien: deporte, arte, ocio..
Si tienes alguna pregunta o comentario , estaré encantada de leerte.
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